Aún siguen obteniéndose hallazgos sobre las propiedades de la leche materna. Estudios del Instituto de Fisiología de la Universidad de Zurich, en Suiza, confirman que la leche materna sería la más compleja del mundo animal, contiene más de 200 moléculas de azúcar diferentes, por lo que no existiría rival en torno a su composición biológica que la iguale. Cada tipo de azúcar diferente cumple una función en el organismo de tu bebé y varía según el periodo de lactancia, fortaleciendo su sistema inmune. Además, promueve la proliferación de bacterias buenas, que le permitirán protegerse de enfermedades.
Tras el nacimiento es rica en anticuerpos y moléculas que frenan la proliferación de bacterias perjudiciales y coordinan la actividad de los glóbulos blancos. Luego del primer mes, cuando el bebé comienza a desarrollar un sistema inmune adaptativo por sí mismo, disminuye considerablemente la cantidad de anticuerpos maternos presentes en la leche y también la diversidad de azúcares y, en su lugar, se incrementa la cantidad de grasas y otros nutrientes que contribuyen al crecimiento infantil. Entre otras propiedades, contiene biomoléculas que combaten la inflamación, así como componentes naturales que aumentan la memoria y una hormona clave para regular el metabolismo del bebé.