Se trata de una afección mucho más común de lo que creemos, de la que hay varios tipos, pero todos curables con tratamiento. En simple: se le llama Alopecia a la pérdida anormal de cabello, esto es, cuando una persona pierde más de 100 cabellos diarios. Pero, ¿cómo nos damos cuenta?
Puedes identificarla si es que presentas alguno de estos síntomas:
- Cuando te levantas, encuentras muchos cabellos en la almohada.
- Al cepillar y lavar el pelo, este se cae en gran cantidad
- Molestias en el cuero cabelludo, como picores y rojeces.
- Exceso de caspa o grasa
- Acné o vello facial durante el ciclo menstrual
- Debilidad del cabello en la parte superior de la cabeza (clave en mujeres)
- Caída del pelo de la frente o sienes (clave en hombres)
- Perder cabello a temprana edad, entre los 20-30 años.
En cuanto a las causas, estas son muy variadas pues inciden diversos factores, tales como:
- Hereditarios
- Estrés físico o emocional (Revisa nuestra entrada “La piel como espejo de nuestras emociones”, aquí)
- Alimentación desequilibrada y baja en nutrientes y minerales
- Uso excesivo de shampoo y acondicionador
- Algunos medicamentos como anticoagulantes, anticonceptivos o antidepresivos
- Embarazo y parto (¡muy común!)
- Peinado violento o fuerte
- Radioterapia
Para casos que no son graves, luego del episodio el pelo volverá a salir. En los casos más graves, es necesario otro tipo de tratamiento que considera tópicos para la piel o luz ultravioleta. Sin embargo, profesionales de la salud han entregado una serie de recomendaciones para cuidar y mejorar el aspecto del cabello, los que te dejamos a continuación:
- En cuanto a prevención: es fundamental no lavarse el pelo todos los días y usar el shampoo que más se ajuste a tu tipo de pelo, si este es graso, presentas caída o está muy dañado.
- La alimentación es clave tanto para prevenir como para recuperar. Si a nuestro cuerpo le está faltando algún nutriente, este se le quita al cabello a modo de compensación.
- Aplica la mascarilla capilar en las puntas y zona media del cuero cabelludo, nunca en la raíz.
- Después del lavado, secar el pelo con una toalla primero, después al aire libre o con un secador a temperatura media.
- Proteger el pelo y cuero cabelludo de los rayos UV, con protector solar o sombreros.
NAÁY